Una función muy
importante que tienen los juegos simbólicos es que los niños los
utilizan para expresar los miedos, fantasías o temas que les preocupan. De
esta forma, el niño puede liberar el estrés que le produce una pesadilla,
repitiéndola en el juego hasta que encuentre una solución satisfactoria, o
puede jugar a que su papá que está de viaje acaba de llegar y que todos se
ponen muy contentos, aliviando el estrés que le pueda producir
la separación.
Para el niño, el
entorno de juego en el que reproduce sus temores y preocupaciones es
un lugar seguro, donde sabe que controla todo lo que puede suceder, por
eso juega a aquello que teme. Muchos padres se sorprenden cuando ven a sus
hijos jugando a lo mismo que los despertó en mitad de la noche con gritos,
pero no deben preocuparse, ya que es la forma en la que el pequeño libera
sus frustraciones.
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